Condorcanqui Carlosama, representante de la Casa de Acciones Culturales Randy Randy, aseguró que la mejor manera de garantizar que en le futuro se valore y se continúe con el manejo tradicional de la agricultura ecológica, es realizar un trabajo sostenido con las nuevas generaciones, en especial con los niños.
Agregó que mientras A las comunidades, a los productores agroecológicos se les ve como pachamamistas, pero nosotros no solo defendemos la tierra como parte del folclor. La agroecología permite a los productores, las comunidades intercambiar sus conocimientos ancestrales.
“Nosotros no solo vemos o buscamos la explotación de la tierra como tal, sino que trabajamos con paciencia, aprovechando conocimiento y los recursos que tenemos”, manifiesta.
En ese sentido, la minga, por ejemplo, es una estrategia de los pueblos, un principio de las comunidades que les permite tejer otros principios y valores. Este es un espacio de transferencia e intercambio de conocimiento y de recursos. Por ejemplo, alguna familia puede compartir sus semillas con otras familias y ambos pueden disfrutar de los frutos de la siembra.
Esta práctica, ha ayudado a que las comunidades puedan mantener y conservar sus semillas y no depender de las semillas mejoradas u otras que los gobiernos han entregado.
“Cuando traen semillas del Ministerio de Agricultura y Pesca, se requiere de otros insumos como abonos químicos, que terminan deteriorando las tierras y afectan a la agricultura en general.
Pero la apuesta de la Casa de Acciones Culturales va más allá de centrarse solo en la producción agroecológica, pues viene organizando encuentros sobre alimentación y comidas, empleando los productos de las comunidades, además de organizar ferias para exponer los productos. “Ese también es un intercambio de saberes e intercambio cultural”, dijo.
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