Reconocemos la importancia de que los pueblos indígenas, quilombolas y comunidades tradicionales estemos presentes en los espacios de diálogo y construcción de conocimiento. Solo así podremos ejercer con autonomía la defensa de nuestros derechos colectivos.
Estas han sido las palabras de, Zuli Kaimen, joven mujer de los pueblos Macuxi y Wapixana, del estado de Roraima, Brasil, y exbecaria del programa de Derechos Humanos del ACNUDH al cierre del IX Foro Regional sobre Empresas y Derechos Humanos de la ONU, que se desarrolló en la ciudad de Sao Paulo – Brasil, entre el 9 y el 11 de abril.
Zuli Kaimen, mencionó que mientras se procedía al cierre del Foro Regional, indígenas brasileños se movilizan en Brasilia, luchando por sus derechos y enfrentando la violencia institucional.
Denunció que el jueves último los indígenas fueron atacados por la policía con gas lacrimógeno por manifestarse contra violaciones a los derechos humanos, que muchas veces son promovidas por las empresas.
Por ello, los Pueblos Indígenas del Abya Yala recomendamos que los Estados se conviertan en signatarios del Acuerdo de Escazú. América Latina y el Caribe es una de las regiones más peligrosas para quienes defienden los derechos humanos y el medio ambiente. El Acuerdo de Escazú representa una herramienta vital para garantizar la protección de defensores y defensoras.
Recomendamos que las Empresas y los Estados hagan efectivos los principios relativos a los derechos humanos en el ámbito empresarial.
Para ello, es fundamental que se creen leyes que regulen la debida diligencia en toda su cadena de valor de forma progresiva, garantizando la participación plena y efectiva; la consulta libre, previa e informada; el reconocimiento de nuestros protocolos propios de consulta y nuestros planes de vida.
Reafirmamos que somos nosotros, pueblos indígenas, quilombolas y comunidades tradicionales, quienes más sufrimos el impacto de las acciones de mala fe de muchas empresas.
Por eso, es urgente que los principios sobre Empresas y Derechos Humanos sean vinculantes — con fuerza jurídica y obligatoria.
¡La respuesta somos nosotros!
Reconocemos las luchas persistentes de otras lideranzas que han estado en estos espacios, pero necesitamos avanzar aún más. Es tiempo de transformar el reconocimiento en acción vinculante, en políticas efectivas, en justicia territorial.
Agradezco y hago un llamado a que los pueblos indígenas, quilombolas y comunidades tradicionales se levanten.
¡Nada sobre nosotros, sin nosotros!
São Paulo, abril 11 de 2025.
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